El anterior presidente de Bankia
Rodrigo Rato se ha visto obligado a dimitir, y ha sido sustituido por Goirigolzarri
(ex directivo BBVA). Según parece, lo que finalmente produjo el detonante de la
dimisión fueron los desacuerdos con el auditor y el informe de Auditoría.
Deloitte, firma que audita a Bankia y a
su matriz, el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), se negaba a entregar un
informe limpio, porque entendía que las Cuentas Anuales no reflejaban la
realidad de la entidad.
Pero al parecer, esto fue una mera excusa. La realidad es que el auditor ya había definido claramente el informe, y si la entidad no modificaba sus Cuentas Anuales, el informe contendría salvedades importantes. Los problemas se encontraban, fundamentalmente, en la valoración de dos activos concretos (recuérdese que el valor de un Activo, según el Marco Conceptual del Plan General de Contabilidad debe ser, entre otras condiciones, recuperable. Esto significa que su valor debe ser recuperado en el futuro y, por lo tanto, traducirse en dinero. Si esto no es así, entonces el activo está inflado y debe reconocerse una pérdida por deterioro).
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El día 30 abril, era la fecha límite
para que Bankia presentara sus Cuentas Anuales y el informe de Auditoría en la
CNMV, pero finalmente este hecho no se produjo, y no presentó el informe de
auditoría alegando que el auditor necesita más tiempo para analizar lascuentas.
Pero al parecer, esto fue una mera excusa. La realidad es que el auditor ya había definido claramente el informe, y si la entidad no modificaba sus Cuentas Anuales, el informe contendría salvedades importantes. Los problemas se encontraban, fundamentalmente, en la valoración de dos activos concretos (recuérdese que el valor de un Activo, según el Marco Conceptual del Plan General de Contabilidad debe ser, entre otras condiciones, recuperable. Esto significa que su valor debe ser recuperado en el futuro y, por lo tanto, traducirse en dinero. Si esto no es así, entonces el activo está inflado y debe reconocerse una pérdida por deterioro).
Pues bien, como digo habían dos
activos cuya valoración ofrecía problemas para el auditor:
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Las acciones que el BFA tiene de Bankia en su
patrimonio, “Inversiones financieras en empresas del grupo”, pues cabe recordar
que BFA es la matriz dominante de Bankia.
-
Los activos por impuestos diferidos. Son activos
fruto de los derechos fiscales que se tienen para compensar en el futuro pérdida
pasadas (recuérdese que actualmente existen 18 años para compensar estas
pérdidas).
Vayamos por partes y tratemos en
primer lugar la valoración de las inversiones financieras que BFA tiene de Bankia.
Pues bien, parece ser que “el Banco Financiero y de Ahorro tenía contabilizadala participación de Bankia en 12.000 millones en su balance. Su valor actual enBolsa es de 2.000 millones y el valor que el auditor considera es de 8.500.Existía una enorme diferencia entre la realidad actual (el valor de mercado) ylas anotaciones en libros” (de 12.000 a 2.000, una barbaridad), pero el
problema es ¿A que valor deben registrarse unas inversiones en empresas del
grupo que no se pretenden vender?, esto es, inversiones que no están disponibles
para la venta. Éste era precisamente el caso de BFA, pues su objetivo es
mantenerlas en el patrimonio con ánimo de control y, en consecuencia, no
pretendía venderlas. ¿Sería razonable disminuir el valor de esta participación
hasta el precio de cotización, si el objetivo que se pretende no es su venta en
el corto plazo?.
Es lo mismo que si yo tuviera un
piso que fuera mi vivienda habitual, (no pretendo vender mi piso, sino
utilizarlo durante toda la vida para vivir en él). Si se produce una
disminución en el mercado del valor del piso, ¿debo contabilizar la pérdida, he
perdido dinero? Cuestión distinta es que yo tuviera el piso vacío y disponible
para la venta en el corto plazo.
Veamos que dicen las normas
contables, para echar un poco de luz a esto. En concreto la Norma de Registro y
Valoración 9ª punto 2.5.1 a 2.5.3, pude aclararnos un poco este problema.
La norma nos dice que, al
principio, la valoración inicial de estos activos será por su coste (bien, el
coste es por 12.000 millones de euros, vamos bien), pero posteriormente me
dicen que las inversiones en patrimonio de empresas del grupo se registrarán
por su coste menos, en su caso, el importe acumulado de las correcciones
valorativas por deterioro. La pregunta es ¿ha habido un deterioro?
Esta cuestión nos la aclara el
punto 2.5.3, de la citada norma, en el que se indica que existe un deterioro
cuando el valor de la inversión no puede ser recuperado en el futuro. Para
saber si pude ser recuperado en el futuro, o no, entonces tenemos que tomar el
mayor entre dos valores (nótese que dice el “mayor”). El primero es el valor de
mercado (2.000 millones de euros) y, el segundo, el valor actual (en el
presente) de los flujos de efectivo (dinero) que en el futuro se prevé que se
van a recibir por dicha inversión. Esto es, habrá que realizar una estimación
futura de los posibles cobros que la entidad puede conseguir por la inversión y
valorarlo en el momento presente (es un problema de valoración de activos). También
se indica como mejor referente a esto último el patrimonio neto contable (con
algunas matizaciones) de la sociedad participada (Bankia). Atendiendo a esto,
parece ser que la valoración que Deloitte ha hecho en estas circunstancias
asciende a 8.500 millones de euros. Por lo tanto, como la cifra mayor entre
2.000 millones y 8.500 millones es esta última, según el PGC ésta debe ser el
valor de la participación del BFA en Bankia. Por consiguiente, existe un
deterioro o pérdida de 3.500 millones de euros (12.000 – 8.500).
Si se cargaba esta cantidad al
patrimonio neto de BFA, éste quedaba a cero. ¿Qué solución hay en este caso?,
pues trasformar un pasivo (obligación) que el Estado había concedido al BFA por
importe de 4.500 millones de euros, en capital. Esto supone que el accionista
mayoritario pasa a ser el Estado (nacionalización).
En segundo lugar, los activos por
impuestos diferidos consistentes en la valoración que se hace por las pérdidas
fiscales que pueden ser compensadas en el futuro. En este sentido, “El montantetotal de activos fiscales asciende a 2.923 millones de los que 2.465 millonesse contabilizan como activos por impuestos diferidos, según las cuentas de laentidad. Como dijo el presidente, son “contingencias fiscales para compensar enel tiempo””.
Bueno, estos 2.465 millones de
euros son un activo siempre y cuando no exista duda razonable sobre su
recuperación en el futuro, y para ello es necesario que la entidad tenga claro
que va a tener beneficios en el futuro. Cierto es que el plazo existente actualmente
para la compensación es de 18 años.
Pues bien, Deloitte pone en dudaque Bankia vaya a tener, en un futuro, beneficio suficiente para realizar lacompensación. Aunque los auditores en general son reacios a considerar que se
contabilicen este tipo de activos, la conclusión del ICAC es que no debe
existir duda razonable sobre la recuperación, es decir, no debe existir duda razonable
sobre que la compañía obtenga en el futuro beneficios suficientes para realizar
la compensación.
Y que nadie se equivoque. Para poder
compensar el impuesto diferido no es suficiente con tener un beneficio igual a
este impuesto, sino un beneficio que genere un impuesto capaz de compensar al
impuesto negativo. En definitiva, Bankia debería generar, en el futuro,
beneficios que le obligaran a pagar un impuesto de 2.500 millones de euros.
Sólo así podría compensar el crédito fiscal. ¿Será capaz Bankia de darnos esa
alegría?
Y todo esto sin entrar en el tema
del ladrillo…
Como tabla de salvación, Rodrigo
Rato pretendía diferir todos estos problemas para poder amortiguar el efecto de
estas contingencias en las Cuentas Anuales. El auditor no se lo ha permitido,
porque no se pueden diferir en el futuro pérdidas presentes. Y de ahí ha venido
la nacionalización.
Espero haber aclarado, aunque sea
un poco, los problemas de BFA-Bankia.
Un saludo cordial para todos.
Gregorio Labatut Serer
Excelente reflexión. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Sebastián.
EliminarUn saludo
Gregorio Labatut
Muy clara la explicación Gregorio. La pregunta es, que paso en los últimos estados financieros anuales de Bankia auditados por Deloitte? Ya no existía el problema de valuación en los EEFF de BFA y del impuesto diferido de Bankia?
ResponderEliminarHola Nicolás: No he tenido acceso a esa inforamción. Tendremos que verlo. A ver que se decia.
ResponderEliminarUn saludo
Gregorio Labatut
Muy bueno y didáctico artículo Gregorio.
ResponderEliminarSaludo.
Dioooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooossssss!!!
ResponderEliminarNo sé por qué regla de tres estaba yo convencido de lo que había dado lugar a la negativa del informe limpio del auditor era por la orden de provisionar ladrillo al 60%.
Y és por esto otro...
Y el ladrillo... qué... han hecho la provisión? O, ya la hará papá Estado?
Didáctica explicación, luce que el problema era recurrente de años atrás y el informe de auditoría del pasado año seguramente presentaba una salvedad por la incertidumbre sobre la realización de dichos activos. Me hubiese gustado tener los elementos de juicio a mano para anticipar el problema y cotejar con los informes de auditoría las medidas futuras recomendadas para evitar llegar a esta situación del presente. En mi experiencia cualquier posible problema que afecte el principio de "Negocio en marcha" obliga a estudiar y presentar a los accionistas un abanico de medidas a tomar para evitar resultados adversos, y solventar la situación de riesgo inminente en los futuros periodos fiscales, la asesoría al cliente por parte del auditor es fundamental. ¿ello se llevó a cabo? ¿Tomaron en cuenta las recomendaciones, de haberlas?. Me queda esa incertidumbre sobre la actuación de los auditores y la Directiva.
ResponderEliminarBuenos días (por decir algo, con que está cayendo). Lo del ladrillo no está contemplado, es a parte. En el periodico el Economista de ayer, se cifraba que el tema del ladrillo le iba a costar al gobierno 22.582,4 millones de euros, de los cuales Bankia encabeza el ranking con 4.813 millones, pero le sigue de cerca La Caixa con 3.389 (menos mal que no se fusionaron), y sigue el Banco de Santandar con 2.700, Popular con 2.314, BBVA con 1.800 y así hasta completar los 22.582,4 milones, ¿que os parece?
ResponderEliminarEl tema de las auditorias anteriores no las he visto, habría que buscarlas en la CNMV para ver que decian. Pero igual antes no vieron nada. No lo sé.
Un saludo coridal para todos.
Gregorio
Modo sarcasmo ON:
ResponderEliminarHombre! teniendo que regalar esa importante suma de capital a la banca, uno por fín entiende el por qué de los recortes en educación sanidad.. etc etc.